miércoles, 30 de marzo de 2011

30 DE MARZO DIA INTERNACIONAL DE LA TRABAJADORA DEL HOGAR

Para nosotras las trabajadoras del hogar indígenas el 30 de marzo “Día internacional de la trabajadora del hogar”, nos dice que no debemos olvidar que esta celebración nos ayuda a visibilizar nuestras demandas como mujeres organizadas.
¿Cuándo y dónde nace esta celebración?
Un día 30 de marzo del año 1988, en Bogotá, Colombia, se realizó el Primer Congreso Latinoamericano y del Caribe de las Trabajadoras del Hogar. Allí se acordó establecer el 30 de Marzo como día Internacional de las Trabajadoras del Hogar y nace la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar.
En este primer Congreso Latinoamericano de Trabajadoras del Hogar  participaron once países de América Latina y el Caribe: México, Venezuela, República Dominicana, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Chile y Argentina.
Los objetivos de la Confederación son:
  • Hacer visible y pública la situación de discriminación, explotación y violación a los derechos humanos que sufren las trabajadoras
  • Crear conciencia a la trabajadora de la situación que vive,
  • Respaldar las reivindicaciones de las organizaciones de los diferentes países teniendo en cuenta la diversidad y especificidad social, cultural y económica de nuestra América.
Por nuestra parte, como Colectivo de Mujeres Indígenas Trabajadoras del Hogar, COLMITH, residentes en la Ciudad de México nos unimos y reivindicamos estos objetivos y luchamos por ellos.
Como mujeres indígenas, migrantes y trabajadoras del hogar organizadas en el COLMITH, no podemos olvidar lo que nos ocurre cuando recién llegamos a la ciudad, la dificultad que tenemos para vivir la ciudad, para ubicarnos y trasladarnos de un lugar a otro dentro de ella. El sistema de transporte es para nosotras todo un reto, ya que no todas sabemos leer y escribir en español, por lo tanto se nos dificulta entender las señalizaciones.
Lo anterior es debido a la diferencia entre la forma de vida que tenemos en la comunidad y la que encontramos en la ciudad, lo que significa para nosotras un  desafío en todos los sentidos, ya que son otras las costumbres, otra forma de vida, otra cosmovisión: la casa de la ciudad se lleva de otra manera, desconocemos el uso de muchos de los aparatos electrodomésticos, la forma de preparar los alimentos es diferente a la de nuestras comunidades, y no es solo la forma de prepararlos sino también qué y cómo se come.
Otra de las problemáticas a la que nos enfrentamos es que cuando, a través de nuestros conocidos, redes comunitarias, obtenemos trabajo no firmamos ningún contrato, todos son acuerdos verbales con la empleadora y claro nos dicen que es para “aseo general” y terminamos haciendo de todo, cocinar, lavar, planchar, lavar los carros, sacar el perro a pasear, cuidar niños, etc., por el mismo salario. Ante esta situación, nos damos cuenta de que no existen las condiciones para expresar nuestra inconformidad ya que el trabajo en casa no es visto como un trabajo, se piensa que es una “ayuda”, y que son labores asignadas social y culturalmente por la condición de género, condición social y origen étnico.
Por otra parte hace falta que como trabajadoras del hogar, sigamos  creando la conciencia de que es un trabajo digno el que realizamos y que por lo tanto tenemos derechos laborales. Una de las situaciones comunes que enfrentamos es que, tenemos temor de expresar que no es justo que nos aumente las tareas domésticas sin un aumento de sueldo, por eso una de las cosas que más platicamos es que tenemos mucho por hacer en la promoción, difusión, defensa y en general lucha por nuestros derechos, que nadie va a lograr que se termine con esta injusticia sino nosotras mismas, participando, organizándonos y luchando.
Debemos entonces crear estrategias de negociación sobre las condiciones de trabajo y poderlo hacer en todo momento y sin temor a perder nuestro empleo,
En el COLMITH platicamos de éstas y otras situaciones cuando nos reunimos con las compañeras. Hablamos sobre la necesidad de Reformar la Ley Federal del Trabajo, Cap. XIII, de la necesidad de incidir en legislaciones, políticas públicas, programas sociales e instituciones para poder erradicar la injusticia a la que nos enfrentamos y poder ejercer nuestros derechos. Por lo anterior hacemos un  llamado a la solidaridad y conciencia de las trabajadoras del hogar indígenas y no indígenas para unirnos en nuestras demandas:
  1. La reforma a la Ley Federal del Trabajo en el Cap. XIII que reconozca y garantice el acceso a todos nuestros derechos laborales: jornada de trabajo de 8 horas, seguridad social, prestaciones laborales, derecho a un formar un sindicato.
  2. La transversalisación en los derechos laborales y todos los derechos como educación, salud, vivienda, etc., de los derechos como mujeres pertenecientes a pueblos indígenas, que garantice un trato digno y no discriminatorio por nuestra condición étnica, que nos permita seguir practicando nuestra forma de vida y transmitirla, incluyendo nuestra lengua a las nuevas generaciones..
  3. Exigimos una reforma laboral con perspectiva de género, que haga posible el trato digno como mujeres trabajadoras del hogar.
  4. Por tal motivo, es necesario además en el ámbito legislativo, se deben elaborar políticas  públicas y programas específicos para dar atención a la problemática que enfrentamos ya que no existe ni siquiera un programa gubernamental o una oficina especializada en brindarnos la atención debida.
A veintitrés años de haberse iniciado esta celebración nosotras como Mujeres Trabajadoras Indígenas seguimos en pie de lucha fortaleciendo nuestras identidades culturales como una estrategia que nos permita lograr la profesionalización de nuestra actividad, para que más  hermanas y hermanos luchemos juntos por nuestros derechos: por un salario justo, por respeto a nuestras culturas ancestrales, por la dignificación de nuestro trabajo y por un acceso real a todas las prestaciones sociales que como trabajadoras tenemos.

COLMITH EN DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS LABORALES, HUMANOS Y CULTURALES.